domingo, 4 de diciembre de 2011

La opinión perdura

Juan C. Espector Yebra trabaja en el minucioso pulido y ordenación de un libro compuesto por treinta y seis cuentos, algunos breves, como los del presente anticipo, algunos más extensos; pero todos por igual significativos y profundamente encauzados en el abismático misterio del ser y de las contingencias que zangolotean –para bien o para mal-  al hombre.
Y, al fin, es el hombre su protagonista.
“Su alma incolora se funde -dice- en sal y agua”; para concluir: “Sigue su camino. Hacia el final del tiempo“, no sin hundir el torcedor de una sentencia: “Dios es relativo. Es principio y es fin. Es todo. Es nada.”
Cuando aparezca el volumen completo de sus treinta y seis cuentos, comprobaremos que estos “Destinos” eran solo un pálido anticipo. – Aristóbulo Etchegaray, Presidente de la SADE.

Me presento.

 

 Nació en Buenos Aires el 7 de febrero de 1926. Hijo de padres inmigrantes, su madre española nació en la ciudad de Paradela (Lugo), y su padre ucraniano, en la ciudad de Zlatopol.
 Es Técnico Químico Nacional, egresado de la escuela Industrial Otto Krause en 1944, y curso tres años del doctorado en química en la Facultad de Ciencias Exactas, en 1952.
 Fue Director de la revista Galaxia, de la Asociación Argentina de Químicos y Coloristas Textiles, acompañando a sus socios fundadores. Fue iniciador y presidente durante varios años del Centro de Químicos Industriales , logrando posteriormente integrarlo a la Asociación Química Argentina, y además, que se permitiera a los Técnicos Químicos ser elegidos por la Comisión Directiva, para que pudieran ser socio activos.
 Escribió varias notas periodísticas en su revista Industria y Química, sobre las principales empresas químicas del país, e integro el consejo asesor. Actualmente ocupa el cargo de Vocal Titulas. Fue tesorero durante cuatro años.
 En 1971 ingreso al club Rotario de Villa Martelli, ocupando el cargo de Director de Avenida, y renunciando luego de once años de actividad.
 Comenzó su vocación literaria en la escuela primaria, y a los 12 años gano un concurso sobre las Islas Malvinas, obteniendo como primer premio, un ejemplar del libro Domingo F. Sarmiento “Recuerdos de Provincia”.


 En 1976, obtuvo una mención de honor, con un capitulo de sus primeros cuentos, todavía inéditos, en un concurso organizado por la editorial Bibliograma, que fue publicado en el libro Cuentos del concurso Gaspar Benavento.
 En un certamen de Químicos Poetas organizado por la Asociación Química Argentina, en 1980, gano la primera mención de honor, con su poema Ha muerto ya el Aedo.
 Fue amigo de Adolfo Bioy Casares, y del escritor José Cuadrado, socialista español y fundador de la Editorial Botella al Mar.
 Fue distinguido con diploma y medalla al merito de 2003 a 2011 por la publicación de poemas suyos en diversas antologías.
 Desde los 16 años ha publicado sus relatos, ensayos y poesías en concursos, revistas literarias y publicaciones conjuntas a nivel local, regional y nacional.
 En 2010, al cierre de la presentación de una de las antologías, el conocido escritor y periodista Tom Lupo, eligió y recito parte de su poema Ayer, Hoy y Siempre, junto a poemas de Jorge Luis Borges y Macedonio Fernández.
 Dos últimos poemas inspirados durante el duelo por el fallecimiento de su esposa Teresa Zein en 2008, fueron publicados en el libro bilingüe Letras sobre el papel (Letters on paper).
 En muchísimos concursos, se presento con el seudónimo Omar Gikay, abreviaturas de parte de los nombres de los grandes maestros de su juventud, Khalil Gibran y Omar Kayan.
 Es miembro de la Sociedad Científica Argentina.
 Tiene en preparación un libro con la totalidad de su obra literaria desde 1940 hasta la fecha, al tiempo que se dedica a su otra gran vocación que es la química, participando  como conferenciante en gran cantidad de Congresos Americanos.