viernes, 30 de noviembre de 2012

Final del poema "Un rostro en la pared"

Y tan sólo una lágrima, 

de oro, o de agua y sal,

sólo una ¡nada más!,

el nevermore de Edgar,

y su cuervo en la espera

siempre de nuevos rostros,

al que quizás algunos

que nacieron poetas

solitarios y locos,

les cantan a las cosas,

¿Algunas...todas...?

¿mentiras o verdades?,

hablando o en silencio,

¡tal vez si!, ¡tal vez no!.